El accidente
-
Mueve los párpados - dijo Ramiro
- Son
reflejos. Todavía no hay movimientos. Hay que esperar -afirmó el Doctor
Altamirano.
Llevaba
más de una semana en coma. Estaba internado en la unidad de terapia intensiva
del Hospital Italiano.
La
sala de espera, siempre llena de amigos y familiares. Angustiados, no perdían
la fe en que Matías se recuperara.
Tenía
más de cuarenta años, divorciado de Mariana, vivía con su único hijo, Ramiro.
Sus
padres recuerdan ese día: “Nos llamó desesperado, cerca de las cuatro de la
tarde. Nos dijo que un comisario lo había llamado al celular porque Ramiro
había tenido un accidente. Que lo iban a llevar a la casa en un móvil”.
Matías
estaba trabajando cuando recibió el llamado. Le avisó al gerente del banco.
Manejó hasta su casa. Cuando llegó, no estaba Ramiro. Tampoco la policía. Se
desesperó.
El
teléfono celular volvió a sonar.
-
¿Señor González llegó a su casa?
- Sí
-respondió.
- Le
pido que se acerque al Hospital
Italiano.
-
¿Cómo está Ramiro?
- Lo
espero en el hall del Hospital.
- Por favor, dígame si Ramiro está bien.
- Los
chicos que viajaban en el ómnibus no tenían identificación. Hay algunos que se
encuentran en la morgue, cinco en
observación y uno ileso. Tenemos dudas
respecto de la identidad de su hijo. Hay uno de ellos que dijo que creía que su
apellido era González. Pero hay dos con el mismo apellido. Los teléfonos de los padres estaban en la agenda del entrenador. Él murió
- dijo el Comisario.
Luego
de escuchar, Matías se desmayó.
Eva,
la empleada, llamó a la ambulancia.
Fue
trasladado al Hospital. Había sufrido un accidente cerebro vascular.
El comisario se acercó al adolescente
que no había sufrido heridas.
-
¿Estás más tranquilo? - le preguntó.
- Si,
respondió.
-
¿Ahora podés recordar tu nombre?
- Me
llamo Ramiro González. Por favor llame a mi papá.
- Ya le avisé. En un rato te viene a buscar.
Ramiro, ansioso esperaba la llegada de su
padre en una habitación del primer piso del hospital, acompañado por el
comisario.
Sintió la sirena de una ambulancia
Se acercó a la ventana.
En una camilla bajaban a un hombre.
Era su papá.